Wednesday, 8 July 2015

La Segunda Juventud


Estas viviendo tu segunda juventud, me dijo. ¿Mi segunda juventud? pero ¿cómo? si cada vez que miro al espejo veo a la misma "pendejita" de siempre, me sigo viendo joven y una voz lejana recitaba a lo lejos: no por mucho tiempo. En todo caso, pensé, sería mi segunda pubertad. Ya en la noche medite su comentario y me di cuenta de todas las cosas que estuve haciendo a lo largo de este año que para mí empezó a finales de julio. Nunca supe que había sucedido, siempre tuve mis hipótesis, pero nunca las comprobé y hasta ahora sigo sin saber en que momento el mundo se puso patas arriba y luego las abrió. Nunca me fíe de nadie y a mis 22 años pensaba que había conseguido respuestas a muchas de las interrogantes de la vida. Gran mentira. Después de un año de divagar entre canciones eternas, licores venenosos, besos de ganga y telarañas enmarañadas de historias que nunca fueron ni serán, adquirí la extraña habilidad de predecir el futuro inmediato que para mi desasosiego se cumplía el 70 % de las veces. Ya era julio de un año después, y los días pasaban tranquilos pero las noches seguían sumando para completar una condena que yo misma me impuse desde el día que a los ojos lo vi.